25 de junio de 2010

PARO Y MOVILIZACIÓN DE LA C.T.A

Marchamos hoy en Viedma, reclamando por Justicia, por el respeto a la vida y por una política de seguridad democrática.

La marcha con delegaciones de distintos lugares de la provincia de compañeros docentes y estatales, que partió desde la rotonda islas Malvinas a las 12, recorrió la calle 25 de mayo hasta la Plaza San Martín, donde se encontró con la ciudadanía y las organizaciones de Viedma, desde allí se marchó hasta la sede de la secretaría de Seguridad y Justicia, pidiendo la renuncia de su titular el comisario mayor Victor Cufré, luego se dirigió hasta la sede del Superior Tribunal de Justicia para reclamar justicia verdadera y completa para las víctimas de la represión y del gatillo fácil en Bariloche y también por los más de 95 casos impunes que hay en la provincia. Finalmente se realizó un acto frente a la Casa de Gobierno, donde se reclamó la remoción del ministro de gobierno, Diego Larreguy, máximo responsable de estos hechos.
Allí se leyó el documento elaborado por un conjunto multisectorial de organizaciones que luego fue entregado en la Casa de Gobierno y recibido por el secretario privado del ministro de Gobierno, quien devolvió la copia de cargo con su firma. Esperemos que el gobernador no salga a decir que no le entregamos nada, como en otras oportunidades.
Después nos desconcentramos, luego de cantar el Himno Nacional, sobre todo cuando dice Libertad, libertad, libertad, eso es lo que más queremos frente a la represión y a la muerte que siembra este gobierno.

14 de junio de 2010

Un pueblo con una infancia feliz, es un pueblo con un futuro que lo abraza.

El 12 de Junio fue el Día Mundial contra el Trabajo Infantil , y si bien la lucha para lograr una sociedad más justa se debe brindar todos los días de nuestras vidas, determinar el Día Nacional Contra el Trabajo Infantil, es una oportunidad para exigir al gobierno el cumplimiento de los acuerdos internacionales asumidos y la implementación de fuertes y verdaderas políticas sociales universales dirigidas hacia nuestra niñez y nuestros jóvenes, principalmente a los de los grupos más vulnerables. Para eso es necesario también sensibilizar y comprometer a la comunidad con la prevención y erradicación total del Trabajo Infantil y con el Derecho a la Educación.
En el Mundo, existen más de 250 millones de niños/as que debido a su situación de pobreza y desprotección se ven obligados a realizar alguna actividad laboral y la mayoría de ellos no asiste a la Escuela. De estos niños/as, privados del pleno ejercicio de sus Derechos, 20 millones pertenecen a Nuestramérica, América Latina.
Se presume que en Argentina existe un 20% de niños/as, menores de 18 años, la mayoría perteneciente al sector rural, que se ven obligados a insertarse tempranamente en la vida adulta, teniendo que trabajar en condiciones de extrema injusticia: son explotados/as y carecen de cualquier clase de reconocimiento y derechos, porque si bien el Trabajo Infantil está prohibido, las patronales, ávidas de ganancias lo han invisibilizado. De esta manera se ven afectados/as por la Exclusión Educativa ya que deben abandonar las aulas para tomar las herramientas y así caer en las garras de un sistema, que justamente eso es lo que espera y quiere para seguir vigente.
A costa de la mano de obra barata, unos pocos llenan sus arcas, alimentando aun más la gran brecha existente en la sociedad, donde la inmensa mayoría no tiene otra oportunidad más que la de ser explotada.
Es por eso que una sociedad con Trabajo Infantil refuerza y multiplica la pobreza y la desigualdad, porque no existe ningun tipo de actividad laboral que no afecte el desarrollo integral de los niños/as y jóvenes, tanto física como psiquica, social y educativamente, afectando también al desorrollo de la comunidad en su conjunto.
Logremos que el único lugar de nuestros niños/as sea la Escuela, la plaza el club y que sus únicas herramientas sean los Libros, los Pinceles, la Música, Jugar. Porque son ellos quienes tomarán la posta en la construcción de un futuro mejor para la Argentina.
Para aguardar y proteger a nuestra niñez es elemental entender que somos hijos de una larga historia de complejos procesos económicos-políticos que no hicieron más que acallar y pisotear todas las luchas que la Clase Trabajadora dio y da por la Justicia Social: Régimenes Oligárquicos-Militares y más reciente un Neoliberalismo que con sus políticas liberales y su flexibilización laboral crean profundas consecuencias sociales,siendo los niños/as y jóvenes de clases bajas los más perjudicados/as, arrastrados a trabajar, deliquir, perdiéndose en las drogas privados de sus Derechos y a la vez condenados.
Para que esto cambie, es necesario terminar con toda la legislación injusta que estos procesos nos legaron y aún están vigentes e implementar nuevas políticas que erradiquen totalmente el Trabajo Infantil, reviertan estos crímenes sociales y garanticen el Derecho a la Educación.
Tenemos que recuperar la Justicia Social, desarrollando acciones inmediatas que atiendan especialmente a estos grupos postergados, que están en riesgo de Exclusión Educativa.
Para ello necesitamos un Pueblo que asuma de una vez por todas que es él quien tiene el poder de revertir las situaciones que lo aquejan, exigiendo una justa Distribución de la Riqueza, valorando ante todo su niñez, acunándola con canciones de verdadera Justicia y Libertad: Porque un Pueblo con una Infacia Feliz, es un Pueblo con un futuro que lo abraza.

10 de junio de 2010

Cuatro Nobles razones por la verdad.

En los últimos días ha tomado trascendencia el caso de Marcela y Felipe, jóvenes que en su momento fueron aparentemente adoptados ilegalmente por la señora Ernestina Herrera de Noble, en la época de la última dictadura militar. Cabe recordar que esta señora es la propietaria del grupo Clarín, es decir, de gran parte de los medios de comunicación en la Argentina.
La intervención de la justicia para el esclarecimiento de este caso, tuvo como consecuencia la destitución del ex-juez Roberto Marquevich, quien no sólo avanzó en la causa, sino que procesó y detuvo en dos ocasiones a la acusada. En algunas declaraciones, Marquevich ha afirmado que en situaciones similares a la de la señora de Noble, él procedió de la misma forma, por ejemplo ordenó la detención del ex-dictador Jorge Rafael Videla, sin que haya sido cuestionado. Esto demuestra el poder que ejercen los grupos concentrados de la información en otros poderes del Estado, como por ejemplo, en la Justicia.
Si accediéramos a los archivos de la década del ’70 nos encontraríamos incluso con pruebas irrefutables (por ejemplo, la ahora famosa foto en la que se ve a Herrera de Noble y a Videla brindando por la entrega de “Papel Prensa”), con respecto a la relación entre el poder de la dictadura y los medios masivos de comunicación entre ellos, el grupo Clarín. Es un hecho de la realidad que los dictadores entregaron a los diarios “Clarín”, “La Nación” y “La Razón”, la propiedad de la empresa productora de papel llamada “Papel Prensa”. A cambio la dictadura recibía el apoyo desde estos diarios, quienes manipulaban la información a su favor. No es descabellado pensar entonces que la dictadura que se apropiaba de niños y niñas haya entregado dos de ellos a esta señora, en un acto de reconocimiento de sus servicios.
Otro aspecto a analizar es el tratamiento que sobre todo en el diario Clarín se le da a este tema, ya que cada vez que se lo menciona no se habla del problema de la identidad de Marcela y Felipe, sino del supuesto ataque a la “libertad” y a la “privacidad” de la familia Noble, cuando las mismas leyes como por ejemplo la Convención de los Derechos del/la Niño/a establecen claramente que la identidad es un derecho esencial de todas las personas. Asimismo, el papel de los medios masivos de comunicación, principalmente en nuestro país donde cientos de niños/as fueron apropiados, debería investigar en profundidad y no desvirtuar y ocultar la verdadera información.
Por otro lado, más allá de que Felipe y Marcela sean o no hijo e hija de desaparecidos, no sólo tienen el derecho de saber la verdad sino que el Estado tiene el deber de garantizar los derechos humanos porque son irrenunciables y permanentes.