10 de junio de 2010

Cuatro Nobles razones por la verdad.

En los últimos días ha tomado trascendencia el caso de Marcela y Felipe, jóvenes que en su momento fueron aparentemente adoptados ilegalmente por la señora Ernestina Herrera de Noble, en la época de la última dictadura militar. Cabe recordar que esta señora es la propietaria del grupo Clarín, es decir, de gran parte de los medios de comunicación en la Argentina.
La intervención de la justicia para el esclarecimiento de este caso, tuvo como consecuencia la destitución del ex-juez Roberto Marquevich, quien no sólo avanzó en la causa, sino que procesó y detuvo en dos ocasiones a la acusada. En algunas declaraciones, Marquevich ha afirmado que en situaciones similares a la de la señora de Noble, él procedió de la misma forma, por ejemplo ordenó la detención del ex-dictador Jorge Rafael Videla, sin que haya sido cuestionado. Esto demuestra el poder que ejercen los grupos concentrados de la información en otros poderes del Estado, como por ejemplo, en la Justicia.
Si accediéramos a los archivos de la década del ’70 nos encontraríamos incluso con pruebas irrefutables (por ejemplo, la ahora famosa foto en la que se ve a Herrera de Noble y a Videla brindando por la entrega de “Papel Prensa”), con respecto a la relación entre el poder de la dictadura y los medios masivos de comunicación entre ellos, el grupo Clarín. Es un hecho de la realidad que los dictadores entregaron a los diarios “Clarín”, “La Nación” y “La Razón”, la propiedad de la empresa productora de papel llamada “Papel Prensa”. A cambio la dictadura recibía el apoyo desde estos diarios, quienes manipulaban la información a su favor. No es descabellado pensar entonces que la dictadura que se apropiaba de niños y niñas haya entregado dos de ellos a esta señora, en un acto de reconocimiento de sus servicios.
Otro aspecto a analizar es el tratamiento que sobre todo en el diario Clarín se le da a este tema, ya que cada vez que se lo menciona no se habla del problema de la identidad de Marcela y Felipe, sino del supuesto ataque a la “libertad” y a la “privacidad” de la familia Noble, cuando las mismas leyes como por ejemplo la Convención de los Derechos del/la Niño/a establecen claramente que la identidad es un derecho esencial de todas las personas. Asimismo, el papel de los medios masivos de comunicación, principalmente en nuestro país donde cientos de niños/as fueron apropiados, debería investigar en profundidad y no desvirtuar y ocultar la verdadera información.
Por otro lado, más allá de que Felipe y Marcela sean o no hijo e hija de desaparecidos, no sólo tienen el derecho de saber la verdad sino que el Estado tiene el deber de garantizar los derechos humanos porque son irrenunciables y permanentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario